31.5.08

adiós


Lo que había, se desapareció. Tal como fábula que se ha desintegrado hace muchos años y que no ha dejado un solo vestigio de sentido. De ahora en adelante, mi corazón, las líneas oceánicas del tiempo nunca jamás se encontrarán otra vez. Es muy tarde, demasiado tarde para que se reencuentren. Lo que hay son calles que llueven en otras calles, son sueños que lloran el regreso de los otros sueños.
Lo que había, se desapareció. No es ni recuerdo, ni memoria. Es una canción sin nombre, de una sorda melodía que hombre alguno logra cantar. Es una canción de silencio, una canción sobre la aniquilación de todo lo que existió antes del silencio. Anterior, tal vez, al proprio lenguaje del silencio.
Lo que había, se desapareció. Ha dejado de estar visible. Fue con alguna furia, yo me supongo. Pero, hubo alguna otra fuerza, casi brutal, que ha reducido a nada lo que fuera sólo ruina. Jamás se adivinará antes: la ruina era la única realidad desde el comienzo. Entonces vino aquella fuerza inexorable, aquella que emerge de lo que está arruinado y destruyó enteramente todo lo que había. Si aún había…
Lo que había, se desapareció. Y nunca jamás. Adiós, adiós canción que sangra. Mis oídos están tapados, mis ojos vendados. Mi cuerpo entero se esquiva de aquello que se supone aún existir. La única permanencia posible, mi corazón, es la permanencia de este segundo, de la memoria necia de este tiempo que ya no es más.

Nenhum comentário:

Pesquisar o malote